domingo, 29 de junio de 2014

¡Qué bonita es la vida cuando veo tu sonrisa!

Hoy me siento plena. No hay mucho que decir en realidad, siendo sincera... no ha pasado nada demasiado diferente a lo que pasa todos los días, nada fuera de lo común o que haya cambiado la rutina, pero no me importa en absoluto. ¡Tengo demasiados motivos para ser feliz! Él. ¿No basta eso? Es increíble lo mucho que puede causar en mí. Le amo con locura. ¡Y qué frustrante es esto de que no existan aún las palabras que describan a la perfección todo lo que siento por él! Aún nadie ha podido crear una expresión que se encuentre al mismo nivel de mis sentimientos. ¿¡Pero qué hago!? ¡Le adoro! ¡Le amo! Y sí, no me importa que en este instante parezca que soy una adolescente enamorada.





sábado, 28 de junio de 2014

Ser tuya.

A veces me planteo cuál es la razón por la que me gusta todo esto, por qué siento ese deseo, toda esa intensidad de sentimientos... Incluso en un momento dado de mi vida, cuando aún no tenía información, cuando estaba perdidísima, llegué a rechazarme a mi misma, a pensar que cuál era mi problema, qué era lo que estaba mal conmigo. Rechazar algo que es el pilar fundamental de tu vida, en lo que se basa todo, no hace más que causarte tristeza... incluso llegué a pensar que el amor, que todos esos "cuentos de hadas", esas historias que vivían mis amigas, las personas allegadas a mí... realmente creí que nada de eso podría pasarme jamás. Pero me equivoqué, por suerte. Me equivoqué y mucho.
En realidad no sabría explicar cómo llegué a conocer este mundo, ni siquiera sé cuando me di cuenta de que era una sumisa, pero lo hice, lo comencé a ver... gracias a él, gracias incluso a mi misma. Supongo que sin mis esfuerzos, esos que continúo haciendo a día de hoy, nada hubiera tenido sentido. Es complicado a veces, tengo que ir superando mis propias metas pero la satisfacción que siento cuando supero alguna, cuando veo que él es feliz por mis avances, todo eso es algo inexplicable.
Si me preguntaseis si una sumisa es sumisa desde siempre, si es algo que lleva consigo desde antes incluso de saber que es sumisa, yo os diría que sí. Vaya, creo que sí. En realidad yo siempre he sentido ese deseo, desde que era adolescente, desde que me siento atraída por los chicos, desde que comencé a descubrir mi sexualidad... supongo que en cierto modo siempre me han atraído los hombres con personalidades más dominantes. Quizá ni yo misma lo sabía en aquel momento, ni siquiera lo sabían ellos, pero de un modo innato siempre he buscado esas cosas en un hombre.
Me gusta sentir que alguien lleva las riendas de mi vida, que me cuida, me reprime cuando hago algo mal, sí, que me castiga y que yo disfruto lo inimaginable con ello. Por muy raro que pueda sonar, por muy absurdo para muchas personas... una humillación, un castigo... surgen por algo, bien sea por un mal comportamiento mío, de esos tan estúpidos que tengo a veces... pero aunque llore con el castigo, aunque me sienta la peor mujer del mundo y no pueda evitar romperme, la sensación posterior es inexplicable. Ese amor, esa complicidad... es algo a lo que jamás podría renunciar.
Soy suya, sí. En todos los sentidos. Más suya que mía y eso... eso es lo que me hace feliz.

Probablemente yo me haya equivocado en muchas ocasiones, y estoy segura de que me equivocaré mil veces más, pero sé que él está a mi lado. Y también sé y puedo decirlo con toda la seguridad del mundo, que incluso antes de haberle conocido, yo ya soñaba con él, yo ya anhelaba tener en mi vida a alguien como él. Y aunque por un momento me rindiese... aquí estoy, a su lado, donde pretendo permanecer siempre.

No os rindáis nunca, las cosas a veces van despacio. A veces también debemos darnos más golpes de los que nos gustaría antes de encontrar a nuestra mitad, antes de sentirnos en casa... ¿pero sabéis una cosa? Llega el día, sí, llega ese día en el que te das cuenta de que todo tiene sentido, de que al fin merece la pena algo, de que tus esfuerzos se ven recompensados, de que juntos podéis con todo y con todos, y de que la vida a veces también es maravillosa. ¿Cómo no va a serlo si te ha puesto a ese hombre que tanto amas a tu lado? Y mejor aún, ese hombre también te ama a ti, con locura. 

viernes, 27 de junio de 2014

Vinagre para las heridas, dulce azúcar al final...

¡He vuelto! Y antes de nada quería pedir disculpas por no haber podido escribir ningún post ayer, ni siquiera he estado demasiado presente en Twitter, la verdad es que sé que esto no son más que meros "entretenimientos", pero pese a hacer tan sólo dos días que abrí este blog, me está encantando esto de escribir y compartir con vosotros las cosas que siento y pienso.
Ayer tuve tiempo cero, por la mañana tuve que cuidar de mi sobrino pequeño y... ¿cómo es posible que los niños tengan tantísima energía? Os aseguro que si no fuera por los ojitos que me pone cuando quiere que dibuje con él, o que juguemos con sus muñecos, me hubiera dado por vencida mucho antes. Pero vaya, realmente es fascinante la pureza que transmiten los críos, aunque tengas un problema o preocupación, con una pequeña sonrisa suya o un abrazo, tu muro se rompe un poquito más. A veces me pregunto si eso también lo siente mi Amo al mirarme a mí. (Que conste que me resulta terriblemente extraño llamarle Amo, y en este instante quizás muchos me critiquéis por decir eso pero... os advertí que nosotros, pese a comportarnos y llevar las cosas de ese modo, no nos gusta etiquetarnos).
¡No dejéis que me vaya por las ramas!




Ahora es cuando os preguntaréis que a qué viene esta canción... pues bien, ¡os cuento! Tras acabar mis labores como niñera, pasé la tarde con él. Es gracioso porque en realidad es frustrante pasar las tardes con él. ¡No penséis mal! Adoro estar en su compañía, es lo único que necesito en esta vida, estar a su lado siempre. Pero tras el tiempo que llevamos juntos, para mí es muy agotador el hecho de que no tengamos un lugar. Sé que esta sensación se acabará en breve puesto que en dos escasos meses vamos a irnos a vivir juntos, ¡al fin! ¿Sabéis lo muchísimo que ansiaba ese momento? Me pone nerviosa imaginar como será todo, no voy a engañaros, incluso en cierto modo me asusta que las cosas no salgan bien, que la convivencia sea más difícil de lo que espero que sea pero... ¡nada nublará la sensación de éxtasis total que me produce saber que no falta nada para alcanzar esa meta! Lo que sucede es que mientras esperamos a que pasen estos dos meses... deambulamos, mezclándonos entre el gentío que va y viene de un lado a otro... fundiéndonos junto al estrés. Realmente es algo muy típico en nosotros.
Ayer fue una de esas tardes que están entre el cansancio propio que produce este tiempo loco que hace en nuestra ciudad, y mi agotamiento tras haber estado cuidando a un niño de cuatro años toda la mañana... Pero en fin, que quede claro que pese a todo, fue una tarde maravillosa, no necesito demasiado para estar feliz a su lado, su compañía es más de lo que puedo pedir. (Y sí, es increíble lo mucho que me puedo llegar a enrollar incluso escribiendo. Si es que ya me dice él que soy una parlanchina...).
El caso es que mientras íbamos en el coche, buscando un maldito lugar en el que aparcar... comenzó a sonar en la radio Carolina, de M-Clan. Él se puso a cantarla, por supuesto totalmente consciente de lo muchísimo que me gusta que cante, me quedo boba escuchándole. Y yo simplemente me dejé llevar, recordando como hace tres años, una semana después de habernos conocido, me abrazó, agachó un poquito la cabeza hasta mi oído, y comenzó a cantarme una canción de una manera muy suave, causando esa sensación que sólo él es capaz de provocar en mí. Fue ahí cuando descubrí que las "mariposas en el estómago" sí que existen.
Después centré mi atención en la letra de la canción y pese a que yo no me llamo Carolina, realmente sentí esa canción un poco como mía, como nuestra. ¡Tal vez es absurdo! Lo que sé es que de noche se lo comenté, y "analizamos" un poco la letra: se supone que Carolina es una niña, ya sabéis, "no tiene edad para hacer el amor", pero ella le incita, se mete en su cama, él sabe que no debe, se resiste, pero la desea, ella es juguetona, dulce, divertida... ¡Y la verdad es que es un poco como nuestra historia! Mi Amo es un "obseso" del control, siempre piensa todo mil y una veces y yo... yo soy como ese contraste en su vida, como ese punto de locura... ¡yo soy una sumisa muy aniñada, muy impulsiva! Fallo, fallo, y... fallo. (Aunque a veces también hago las cosas bien, no os vayáis a pensar...). Pero aunque él me corrija y yo aprenda de mis errores, tras el castigo, él sonríe, y sé que le gusta que falle, sé que ese punto de dulzura o naturalidad que me proporciona el ser inexperta, el ser un poco niña, le enamora. Y también sé, aunque no lo admita, que cuando lea esto va a sonreír de ese modo tan bonito, con esa sonrisa tan linda que tiene.

Gracias por ser mi vida.

miércoles, 25 de junio de 2014

Vivir.

He vuelto, y esta vez con ganas de pasarme un buen rato escribiendo. Me temo que ayer tan sólo pude dar un pequeño aperitivo de lo que esto sería, y al final, como suele suceder, hice promesas en vano, hablé muy por encima, sin ni tan siquiera daros más detalles de mi vida o de mi forma de ser... únicamente os enterasteis de que me llamo An, tengo veinte años y vaya... ¿qué soy una "lolita"? Quizá tenía que haberme centrado en eso, en mi vida como "lolita", en mis emociones, en mis miedos, en las metas que yo misma me voy poniendo y voy superando... en fin, supongo que es complicado de explicar.
Ayer dije que no hablaría sobre esto, que no me gusta ir pregonando a los cuatro vientos quién soy o cómo soy, que no me apetecía tener que "etiquetar" este espacio como algo privado, como algo ajeno a la vista de todo el mundo pero muy a mi pesar yo no inventé las normas de google, y por mi propio bien... debo advertir antes de que os adentréis en este espacio de que los menores de edad... ¡fuera! (para que mentir, probablemente lo vayáis a leer de todos modos, pero vaya, yo me habré quedado tranquila).

¿Por dónde empezar? Hace casi tres años que mi pareja y yo compartimos una vida en común, un vínculo maravilloso. Es gracioso, porque a cualquiera que le digo que llevo tres años con él, se espanta, como si fuese algo extraño... ¡cómo si tres años fuesen demasiado teniendo en cuenta que deseo pasar el resto de mi vida a su lado! Eso es lo que me entristece, no poder gritar a los cuatros vientos la razón por la que estamos juntos, por lo que esto funciona, es como si una parte de nuestra relación tuviese que mantenerse oculta, como si se tratase de un secreto oscuro... Pero la verdad es que a mi siempre me han gustado los secretos y los misterios, y además, desde hace mucho tiempo, no me importa nada lo que piensen los demás.

Tal vez por mi juventud, por mi "inexperiencia", o por la inocencia y esa pequeña aura de niñez que me acompaña, las cosas hayan resultado más sencillas, aunque he de admitir que a veces también muy complicadas... pero vaya, mi pareja y yo llevamos algo así como una relación de D/s. (?) definitivamente no me gustan las etiquetas... Nosotros no ponemos nombre a lo que tenemos, no nos etiquetamos de un determinado modo, la verdad es que supongo que eso es lo fundamental... cada pareja es un mundo, cada persona lleva su vida a su manera, del modo en el que es feliz. Evidentemente tenemos nuestras reglas, nuestros juegos, nuestro modo de vivir... pero ahí es donde se esconde todo: es nuestra forma de entender y llevar la vida. Para mi él es todo, mi mundo, el pilar sobre el que se sostiene mi vida, mi cordura, mi felicidad... sé que sin él no sería absolutamente nada. Y eso es algo que sé desde hace mucho tiempo.
En realidad... incluso cuando era pequeña, cuando aún no le conocía... soñaba con tener a alguien así a mi lado. Alguien que me ayudase, que curase mis heridas, que me tendiese una mano cuando cayera, que me cuidase y mimase, alguien que se preocupase de mí... y por supuesto, alguien que me enseñase a ser yo misma, a sacar de mi interior todos esos sentimientos que siempre han estado guardados, todas las emociones y pasiones por descubrir, esas que a día de hoy, aún sigo descubriendo y amando.
Nadie dijo que sería un camino fácil, en realidad, y aunque hayan pasado tres años desde que nos conocimos, es ahora cuando comienzo a entender todo, cuando siento la intensidad de todo esto (que no es poca, creedme). Evidentemente tengo mil fallos, y es que como os podéis imaginar mi juventud también es un bache... ¡soy más caprichosa y gruñona de lo que me gustaría! Pero él... me ama. Tal y como soy. Me moldea poco a poco, me guía, me corrige... me hace ser feliz y sentirme viva.

¿Ahora entendéis un poco cuál es mi mundo?

martes, 24 de junio de 2014

Todo tiene un comienzo.

¿Por dónde debo empezar? La verdad es que siempre me ha gustado escribir, desde muy chiquitita lo hago, o vaya... al menos lo intento. Escribir es una buena vía de escape, es un modo de dar forma a nuestros pensamientos y preocupaciones, y en muchas ocasiones eso es lo único que nos alivia de tanta presión. Os lo digo yo, que tengo dos diarios y cada día me aíslo en mi mundo dejando salir al exterior todo.
¡Pero vayamos por partes! Este es un buen momento para presentarme y hablaros un poco de mí. ¡Creo que comenzar por mi nombre es una buena opción! Veréis, todo el mundo suele llamarme An, bueno... también suelen llamarme enana, pequeña, pitufa... ¡pero aunque no lo admita, me gusta mucho más An! Supongo que hace que me sienta más adulta, y teniendo en cuenta que la mayoría de las veces soy como una niña pequeña, al fin y al cabo, sólo tengo veinte años... ¡lo de ser una lolita tenía que venir por alguna razón! Y es que supongo que soy de esa clase de chicas un poco... ¿diferentes? No sabría como expresarlo. Bueno, en realidad si lo sé, pero tengo la intención de que por el momento este blog podáis leerlo todos, ya sabéis, todos los públicos. Y además... no soy de las que pregonan a los cuatro vientos quien son ni lo que hacen, simplemente he venido aquí para expresarme, hablar de mi mundo y mis experiencias desde mi punto de vista, con todo el respeto y la humildad que creo que me caracterizan.

Nadie dijo que fuese a ser fácil, pero en fin, aquí me tenéis, tratando de construir poco a poco un espacio en el que todos os sintáis libres y cómodos de ser vosotros mismos. ¡Dadme tiempo, aún acabo de comenzar! Pero por lo pronto puedo aseguraros que estoy muy entusiasmada con todo lo que tengo en mente.