miércoles, 25 de junio de 2014

Vivir.

He vuelto, y esta vez con ganas de pasarme un buen rato escribiendo. Me temo que ayer tan sólo pude dar un pequeño aperitivo de lo que esto sería, y al final, como suele suceder, hice promesas en vano, hablé muy por encima, sin ni tan siquiera daros más detalles de mi vida o de mi forma de ser... únicamente os enterasteis de que me llamo An, tengo veinte años y vaya... ¿qué soy una "lolita"? Quizá tenía que haberme centrado en eso, en mi vida como "lolita", en mis emociones, en mis miedos, en las metas que yo misma me voy poniendo y voy superando... en fin, supongo que es complicado de explicar.
Ayer dije que no hablaría sobre esto, que no me gusta ir pregonando a los cuatro vientos quién soy o cómo soy, que no me apetecía tener que "etiquetar" este espacio como algo privado, como algo ajeno a la vista de todo el mundo pero muy a mi pesar yo no inventé las normas de google, y por mi propio bien... debo advertir antes de que os adentréis en este espacio de que los menores de edad... ¡fuera! (para que mentir, probablemente lo vayáis a leer de todos modos, pero vaya, yo me habré quedado tranquila).

¿Por dónde empezar? Hace casi tres años que mi pareja y yo compartimos una vida en común, un vínculo maravilloso. Es gracioso, porque a cualquiera que le digo que llevo tres años con él, se espanta, como si fuese algo extraño... ¡cómo si tres años fuesen demasiado teniendo en cuenta que deseo pasar el resto de mi vida a su lado! Eso es lo que me entristece, no poder gritar a los cuatros vientos la razón por la que estamos juntos, por lo que esto funciona, es como si una parte de nuestra relación tuviese que mantenerse oculta, como si se tratase de un secreto oscuro... Pero la verdad es que a mi siempre me han gustado los secretos y los misterios, y además, desde hace mucho tiempo, no me importa nada lo que piensen los demás.

Tal vez por mi juventud, por mi "inexperiencia", o por la inocencia y esa pequeña aura de niñez que me acompaña, las cosas hayan resultado más sencillas, aunque he de admitir que a veces también muy complicadas... pero vaya, mi pareja y yo llevamos algo así como una relación de D/s. (?) definitivamente no me gustan las etiquetas... Nosotros no ponemos nombre a lo que tenemos, no nos etiquetamos de un determinado modo, la verdad es que supongo que eso es lo fundamental... cada pareja es un mundo, cada persona lleva su vida a su manera, del modo en el que es feliz. Evidentemente tenemos nuestras reglas, nuestros juegos, nuestro modo de vivir... pero ahí es donde se esconde todo: es nuestra forma de entender y llevar la vida. Para mi él es todo, mi mundo, el pilar sobre el que se sostiene mi vida, mi cordura, mi felicidad... sé que sin él no sería absolutamente nada. Y eso es algo que sé desde hace mucho tiempo.
En realidad... incluso cuando era pequeña, cuando aún no le conocía... soñaba con tener a alguien así a mi lado. Alguien que me ayudase, que curase mis heridas, que me tendiese una mano cuando cayera, que me cuidase y mimase, alguien que se preocupase de mí... y por supuesto, alguien que me enseñase a ser yo misma, a sacar de mi interior todos esos sentimientos que siempre han estado guardados, todas las emociones y pasiones por descubrir, esas que a día de hoy, aún sigo descubriendo y amando.
Nadie dijo que sería un camino fácil, en realidad, y aunque hayan pasado tres años desde que nos conocimos, es ahora cuando comienzo a entender todo, cuando siento la intensidad de todo esto (que no es poca, creedme). Evidentemente tengo mil fallos, y es que como os podéis imaginar mi juventud también es un bache... ¡soy más caprichosa y gruñona de lo que me gustaría! Pero él... me ama. Tal y como soy. Me moldea poco a poco, me guía, me corrige... me hace ser feliz y sentirme viva.

¿Ahora entendéis un poco cuál es mi mundo?

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