jueves, 31 de julio de 2014

Pon un Drácula en tu vida.

Vale. Ahora es cuando os preguntaréis a qué viene el título de este post, pues bien, en realidad me estoy dejando llevar. Llevar totalmente. Ni siquiera había planeado escribir sobre un tema en especial o comentar cosas que creía necesarias, simplemente estoy dejando que mis dedos tecleen en el ordenador como si tuviesen vida propia y ala, ya veremos lo que surge de aquí. Además, estoy viviendo uno de esos momentos de: "Bienvenido frikismo, te echaba de menos". Y cuando mi vena friki sale a la luz de nuevo, no hay nada que pueda hacer para controlarla, ni siquiera puede Él que me conoce mejor que nadie. 

En este instante no puedo evitar recordar que esto ya viene de serie en mí. Me acuerdo que de pequeña me volvía loca con todo lo relacionado con Harry Potter. Me leía los libros miles de veces, estrenaban las películas y era la primera en estar ahí, incluso compraba las entradas dos días antes del estreno no fuese a ser que me quedase sin ellas, jugaba con un palillo chino haciendo que era mi varita mágica, y cuando iba a patinar, imaginaba que esos no eran patines, si no que estaba sobre una Nimbus 2000 jugando al quiddich. Supongo que no hace falta que recalque que hoy en día, sigue encantándome todo lo relacionado con Harry Potter, ¿verdad?
Después de esta saga, que evidentemente es la que más marcó mi infancia por el simple hecho de que fui creciendo con ella prácticamente al mismo tiempo, hubo otros libros o películas con las que me fui refugiando de este mundo real que es tan sumamente estúpido, supongo que ese es el efecto que ha causado y sigue causando en mí todo esto, ya os dije que muchas veces vivo inmersa en mi propio mundo ajena a todo lo que tiene que ver con la realidad, sé que en muchas ocasiones no es bueno, pero vaya... de vez en cuando todos nos merecemos soñar. Soñar tanto como nos sea posible y nunca dejar de hacerlo. De este modo siempre he ido ocupando esos momentos con fantasías, cuentos de hadas y dragones, dramas con los que no pudiese parar de llorar, historias que me dejasen los pelos de punta, cosas con las que ocupar mi mente horas y horas, ajena a todo lo demás. No voy a negarlo, soy feliz haciendo eso. Pero... ¿qué ocurre a día de hoy? Pues que Él adora eso de mí y que además de permitirme continuar soñando y disfrutando de estas cosas, me ha abierto todo un mundo de posibilidades. Es decir, ¿qué ocurre si me pongo a unir dos de mis pasiones? Pues vaya... ¡qué acabo por ver Amos y sumisas por todas partes!


No sé si a vosotros os sucede, pero a mí, desde hace una buena temporada, me da por analizar si la gente que conozco encaja más en el rol de Am@, o sumis@. En realidad pienso que todos somos una de las dos cosas o quizá en momentos, un poco de ambas, pero vaya, no puedo evitar hacerlo... de hecho, me gusta fantasear con el hecho de: "¿Y si esa amiga es sumisa? La verdad es que creo que sí... ¿Hará con su novio las cosas que yo hago con mi Amo?". Y de una forma u otra, eso me da morbo. 
Últimamente veo relaciones D/s por todos lados, y la última que he visto ha sido en la serie que estoy disfrutando estos días, la de Drácula. Yo no sé si es porque Jonathan Rhys Meyers es el protagonista y eso ya le añade un aura especial a la que tiene ya de por si el personaje, pero es que... ¡Madre mía! Es ponerte a verla y desear ser vampiro y disfrutar de la inmortalidad con un hombre así. Y que quede claro que ni mucho menos estoy infravalorando a mi Amo, que cada vez veo más gente susceptible en las redes sociales que por leer algo así de una sumisa con Amo ya estarían diciendo de mí de todo, en fin. 
El caso es que esa ambientación me fascina, ese Londres en plena época Victoriana, esa oscuridad que por supuesto envuelve al personaje y esa actitud tan poderosa y dominante... ¿Qué queréis que os diga? A mí son cosas que me derriten. Así que ala, permitidme continuar fantaseando.

miércoles, 30 de julio de 2014

¿Quién inventó la paciencia?


A ver, a mí que alguien me diga que cómo no me voy a poner ansiosa viendo gifs así. Aunque sea una bobada, oye. Pero es que es injusto. Llevo media hora mirando fotos de chicas atadas y me ha entrado una sensación por todo el cuerpo que no os lo podéis ni imaginar... todo esto es culpa de mi mente que me está jugando unas muy malas pasadas. Desde el sábado llevo sin hacer nada, sin sentir sus manos o su boca tocar mi piel y llevarme al límite, ¡desde el sábado! Y vale, en otras ocasiones he tenido que aguantar más, pero es que el cruel de mi Amo me está viendo últimamente todos los días por temas de la mudanza, ya sabéis y... está haciendo que me desespere. Sabe exactamente lo que tiene que hacer para ponerme ansiosa y para impacientarme de manera exagera. ¿Y qué sucede cuándo me impaciento? Pues que cometo mil errores que evidentemente luego se pagan... ¡Cómo le divierte verme así! Aunque no voy a negarlo, a mí también me gusta. Es una sensación algo frustrante sí, pero a la vez me encanta eso de no saber cuando va a suceder algo, verle tan tranquilo y que aparentemente a Él no le afecte nada o parezca que no necesita más... no sabría explicarlo. Esas reacciones en Él incrementan las mías hasta unos límites que ni yo misma podría haber esperado, y eso hace que claro, luego las cosas sean mucho más intensas.
Por lo que imaginadme, le veo y estoy como una tonta notando mariposillas en el estómago. Y luego, Él, perfectamente consciente de donde pone la mano, me acaricia el muslo despacio, o me muerde o chupa el lóbulo de la oreja de esa manera que sólo sabe hacer Él. En serio, no es justo. Llevo fantaseando con todo lo que sucedió el sábado de una manera que me va a volver loca y es que vaya, no todos los días se estrena nueva cuerda y prueban con una nuevos nudos. En fin, dejadme a mí y a mis recuerdos... ¡Mi hombre me está desesperando! Está cobrándome un castigo, lo sé.

Permitidme que cambie un poco de tema, por mi propia salud mental lo necesito. Últimamente el estrés está muy presente en mi vida. ¿La principal razón? Pues que es la primera vez que experimento lo que significa independizarse, mudarse de ciudad con todo lo que eso implica y sobretodo, ir de un lado para otro comprando todo lo necesario para vivir. Ayer odié Ikea, lo odié con todas mis fuerzas. Sartenes por aquí, estanterías por allá, jarrones, potas, edredones, sofás, espejos... ¡No quiero crecer! Qué fácil era todo cuando no me enteraba de nada y me pasaba los días jugando con mis muñecas o dibujando sin parar ajena al mundo. Ahora todo es muy diferente, aunque aún quede en mí esa parte de fantasía y de ser una soñadora empedernida, es muy diferente... voy a echar de menos muchas cosas, de veras. Aunque os parezca una tontería y penséis que tengo que estar feliz por irme a vivir con mi Amo al fin, lo estoy, por supuesto que eso me hace muy feliz pero voy a añorar a mi familia y cada vez que lo pienso, no puedo evitar que se me humedezcan un poquito los ojos. Si es que soy una boba, ya os habréis dado cuenta.
En fin, cada vez falta menos, pero estoy preparada para este cambio. ¡Llevaba mucho tiempo necesitándolo!


¡Ah, por cierto! No sé si os lo he comentado antes, pero vaya, por si acaso, al fin y al cabo este es mi blog y también puedo publicitarme un poquito, ¿no? Me estoy acostumbrando a esto de las redes sociales cada vez más y como sabéis, ya tenía un Twitter: @anpoulain_, pues queridos, también me he abierto un Instagram dónde podéis seguirme si así lo deseáis: @anpoulain_ (sí, soy tan original que he puesto el mismo nombre que en Twitter. Pero vaya, atentos a mi Instagram porque en breve iré mostrándoos mis ilustraciones, ¡tengo un nuevo proyecto en mente!). Y por último, también me he adentrado en esto de las preguntas de Ask: lalolitadean. ¡Os espero, gente bonita!

lunes, 28 de julio de 2014

Si lo supiesen...

A veces tanto misterio me puede. Sí, esto de no decir abiertamente quien soy, cual es mi verdadero nombre, mostrar mi cara sin miedos... en cierto modo me entristece no sentirme capaz de hacerlo y a la vez eso me proporciona una libertad que en otro sentido quizá no podría tener. Pero aquí es donde surgen las contradicciones. Llevo mi vida como yo he decidido llevarla, ¿qué le importa a nadie lo que hago o dejo de hacer? Al fin y al cabo yo soy la primera que defiende el hecho de que cada uno es como es y no se debe juzgar a los demás sin conocer, sin saber absolutamente nada... Pero vaya, decirlo y pensar que eso es lo ideal es una cosa, llevarlo a la práctica es otra. Sin ir más lejos la semana pasada me topé con bastantes de esos obstáculos y realmente me sorprende que aún pueda haber personas así en esta sociedad. ¡Tonta de mí! Creo que siempre las habrá... 
Veréis, tal vez os puedan parecer tonterías pero personalmente a mí, a una chica que ha pasado años y años sintiéndose insegura, con miedos y problemas generados básicamente por las habladurías de la gente o simplemente por ser "diferente" y sentirme apartada de los demás, esas cosas me generan un malestar con el que me cuesta lidiar. Evidentemente todos tenemos nuestras limitaciones, nuestros puntos débiles, y está claro que debemos tratar de superarlos poco a poco. Hoy por hoy puedo decir que me importa bastante poco lo que los demás puedan pensar de mí, no supone un problema para mi autoestima escuchar como alguien que no me importa lo más mínimo me critica sin conocer nada de mi vida, pero la cosa cambia cuando la persona que está juzgándote es alguien que te importa... En este caso lo han hecho y debo añadir que eso ya me está tocando un poquito las narices... 
Tampoco voy a decir quien lo hace, sería injusto hacerlo, pero para que no lo malinterpretéis aclaro que POR SUPUESTO QUE NO SE TRATA DE MI AMO, aunque la persona a la que me refiero sea muy cercana a Él. Resulta más sencillo para mí tener el apoyo de mi pareja, el cual tengo y lo agradezco, sentir que está de mi lado y me comprende pese a tratarse de algo tenso también para Él, pero aún así da la sensación de que llevo una bomba de relojería a la espalda a punto de explotar en cualquier momento, arrollando todo a su paso. Odio sentirme juzgada y que alguien se meta en mi vida sin que nadie haya pedido su ayuda o su opinión. Odio que alguien quiera saber todo simplemente para criticar... No lo soporto. No soporto las críticas, los cotilleos, las apariencias falsas, ni las sonrisas forzadas. No soporto que alguien quiera irse de ejemplo de la "perfección" y mire mal todo lo que considera diferente. Cada uno es como es y cada cual lleva su vida como quiere y como le hace feliz, pero claro... a muchas personas les cuesta, quizá no terminan de entender lo que eso significa, supongo que es más entretenido meterse en las vidas de los demás sin pararse a mirar la suya propia. (Se nota que me molesta, ¿no?)

Aquí es donde llego al punto de pensar: ¿Y si lo supiesen? ¿Y si supiesen cómo llevamos nuestra relación tanto mi Amo como yo? ¿Y si supiesen en base a qué tomamos nuestras decisiones? ¿No sería eso mucho más sencillo? ¡Si van a criticar al menos que critiquen creyendo que tienen fundamento! (Que evidentemente seguirían sin tenerlo...). Pero os aseguro que eso me liberaría. Gritar a los cuatro vientos quién soy, quién es Él. ¡Qué le den al mundo! ¿Por qué ocultar lo que me hace feliz, lo que le hace feliz a Él? No puedo evitar pensar que si el resto del mundo lo supiese, nuestra familia, todo nuestro entorno, se tomarían las molestias de meterse más en lo suyo y no asomar las narices en asuntos ajenos. Pero lo más importante, se tomarían la molestia de no entrometerse en una relación que ni les va ni les viene, entenderían más las cosas. En fin, una puede soñar, ¿no? Y quizá yo soy demasiado soñadora.



Ay. Qué ganas que tengo de irme ya a vivir con Él y dejarme de tonterías...

viernes, 25 de julio de 2014

Alcanzando metas.

Estos días todo esta siendo un poco confuso para mí. Supongo que a veces simplemente no tenemos la energía al cien por cien, no somos máquinas, es completamente normal rozar todos los estados de ánimo e imagino que más aún teniendo en cuenta lo intenso que acaba resultando todo, al menos para mí. Aún así, pese a poder parecer una quejica, voy a ser sincera, esta semana se me ha hecho bastante cuesta arriba, únicamente tenía ganas de refugiarme en mi mundo y estar lejos de todo y de todos, incluso de Él. De hecho, de Él es de quien más quería alejarme y esconderme.
Probablemente en este instante es cuando los que estáis leyendo este post os espantaréis, o pensaréis cualquier cosa del tipo: "¿¡Cómo dice eso de su Amo!?". Pues bien, lo digo con toda la seguridad y tranquilidad del mundo, ¿sabéis por qué? Porque Él mejor que nadie sabe lo que siento, sabe lo que me ha sucedido y sabe a la perfección que no voy a mentir a nadie, este es mi espacio, en el que me expreso con toda la libertad del mundo y digo lo que pienso, es un pequeño rinconcito en el que poder desahogarme y ese es mi objetivo, dejar salir al exterior todo este montón de emociones que me han ido volviendo loca a lo largo de la semana. Él es el primero que sabe lo que me sucede y que no va a sentirse ofendido por leer estas palabras. ¡Lo necesito! Necesito expresarme y gozar de eso de lo que hablé en el último post publicado: libertad. Como pese a ser su sumisa soy una persona independiente y a veces incluso más madura de lo que podáis llegar a pensar, soy muy libre para decir lo que siento y eso haré. Dejarme llevar sin miedos, una vez más.

Como sabéis llevo tres años de relación con mi Amo. En un escaso mes me iré a vivir con Él, y partiendo de la base de que eso me hace una mujer inmensamente feliz... también me asusta. Hasta aquí todo es normal, simplemente es el típico vértigo de saber que tendré que mudarme de ciudad, conocer gente nueva, alejarme de mi familia, acostumbrarme a compartir todo con Él de una manera mucho más completa de lo que lo hacemos ahora. Por supuesto que ese es un paso que llevaba necesitando dar desde hace mucho tiempo, la verdad que la barrera de la distancia, intimidad... era horrible. Habíamos llegado a un punto en el que ambos necesitábamos más y al fin lo tenemos. Eso me hace sentir ilusión, ganas de descubrir nuevas cosas, superar mis límites, aprender más y más. Pero esta semana me he dado cuenta de muchas cosas, quizá lo he hecho porque estoy avanzando mucho más de lo que me hubiera imaginado o porque en realidad estoy madurando, no lo sé... es sólo que siento que he dado un paso inmenso en mi sumisión y que... aunque me duela decirlo, he sido la única en darse cuenta. 
Esta semana ha sucedido algo nuevo, me he sentido muy lejos de una relación D/s. Llamadlo como queráis, quizá algo "desatendida", "ignorada"... no sabría explicarlo. Me he dado cuenta de lo mucho que odio eso, de lo que puedo llegar a sufrir sin llevar las cosas así. He llegado a un punto en el que no siento nada intenso con un beso suave, con una caricia... no. En vez de relajarme es algo que me tensa, es algo que me hace desear que me azote o me de una bofetada, que me use, que sea un bruto y deje a un lado las bobadas de las parejas vainilla. Pero aún resulta más frustrante si no se da cuenta de lo que necesito, porque eso me apaga... me apaga mucho. Me entristece pensar que no sepa leer en mí. 
Yo entiendo una relación de este tipo de un modo muy completo (y también complejo). Compartiendo todo, TODO. Por supuesto que necesito su cariño y su amor, está claro que eso me reconforta y me hace sentirme especial, cuidada y querida. En este instante ya me conoceréis un poquito, debéis de estar hartos de verme decir lo enamorada que estoy de Él y lo mucho que le necesito pero... necesito más cosas de su parte, cosas que últimamente no me está dando. Tal vez soy muy injusta, no lo sé. Soy consciente de que Él también es humano, un hombre normal y corriente, y yo no puedo pretender tanto, no puedo ser tan... ¿egoísta? Estos días nuestra comunicación fue un completo desastre, no voy a negarlo. Y aquí me veis, en vez de estar contenta por haber firmado el contrato del piso ayer, estoy triste y en mi mundo por todas estas emociones, pero no voy a mentir... no soy de esas personas que engañan haciendo ver que su relación es maravillosa y que no hay ningún bache. Tanto Él como yo somos dos personas normales, con nuestras personalidades complicadas... chocando muchas veces, superando obstáculos juntos. Somos unos gruñones, sí, y nos amamos con locura, pero discutimos, como todo el mundo.

Han sucedido un cúmulo de cosas que a mí me han hecho valorar situaciones, actitudes, pensar en el futuro... y bueno, quizá nunca haya nada seguro y claro para nadie, pero lo que sé es que yo voy a continuar esforzándome por una vida con Él y adelante, que el mañana me depare lo que sea, no quiero saberlo.
Por muy pésimo y "malo" que pueda parecer este post para mí es especial, soy así de rara. Pero significa mucho, me he dado cuenta de una infinidad de sentimientos, de sensaciones... me he dado cuenta de hasta el punto que siento esto y de lo importante que es para mí y de veras, nunca había sido tan consciente.
Ambos debemos mejorar y continuar aprendiendo, eso lo sé, pero es lo que deseo porque... esta es mi vida. Es mi manera de entender la vida. ¿Y sabéis qué? Me he quitado un peso de encima al dejar salir al exterior todo esto. Os parecerá mejor o peor todo lo que he escrito, estaréis más o menos de acuerdo, pero en el punto de mi vida en el que me encuentro he aprendido a no hacer las cosas para quedar bien con los demás. Ser yo misma, ante todo.

sábado, 19 de julio de 2014

自由

Libertad. Es una palabra preciosa, ¿no lo creéis? Cada vez tiene más sentido en mi vida y aunque suene muy repetitivo, nunca me he sentido más libre que con mi entrega. Las cosas cada vez me resultan más fáciles, y aunque sé que esto es un continuo aprendizaje, me motiva de una manera exagerada el hecho de ir superando esas metas y propósitos que yo misma me he ido marcando.

No puedo evitar que me sorprenda a mi misma más que a nadie el hecho de como he ido progresando, de como ciertas cosas en mi vida han cambiado. Ahora miro atrás, recuerdo cuando no estaba junto a Él, y no logro entender como fui capaz de llevar las cosas yo sola, como pude estar tan perdida y no darme cuenta. Tengo que admitir que siempre fui una persona algo diferente, desde muy pequeña me costó encajar con los demás, sentirme cómoda para ser yo misma, para hablar de mis cosas sin miedo a sentirme rechazada. Ese era un gran error en mí, el ser tan insegura, el preguntarme mil veces si los demás me verían bien, si les agradaría mi forma de ser... ¡me arrepiento demasiado de esa etapa! Pero bueno, supongo que ser insegura no es algo que se pueda elegir, y por suerte, he aprendido a alejar esos absurdos miedos de mi vida.
Sé que puede llegar a ser complicado de entender pero... ¿nunca os ha pasado eso de sentir la energía que transmite una persona? A mí me sucede constantemente. Cuando hablo con alguien, al instante me doy cuenta de lo que transmite, bien sea algo negativo o positivo, pero me doy cuenta. Un extraño sentido que tengo, es como si una "alarma" dentro de mí me advirtiese de: "Cuidado, esta persona no es trigo limpio", o por el contrario: "¿Cómo puede ser tan encantad@r?". El caso es que cuando conocí a mi Amo sucedió algo así, desde el primer momento sentí esa chispa, esa unión especial que sólo se puede sentir con determinadas personas. Las primeras palabras que cruzamos ya me hicieron verle de un modo diferente, y pese a sentir esa parte de timidez que aún me invade hoy en día cuando estamos juntos, fui totalmente yo misma, sin miedos de ningún tipo. Creo recordar que nunca dije tantas tonterías juntas, que nunca me había reído tanto con alguien, pero sobretodo, jamás me había sentido tan bien, tan libre.
Esos pequeños detalles son los que a día de hoy me hacen darme cuenta de todo lo que significa esto. Han pasado tres años desde entonces, y evidentemente nuestra relación ha progresado hasta el punto de que dentro de un mes nos iremos a vivir juntos. ¡Quién me lo iba a decir tiempo atrás! Sin duda, esto es lo que siempre he necesitado en mi vida. Sigo siendo esa chica diferente que se pasa más tiempo del que debería en su particular mundo de los sueños, sigo siendo esa chica friki, esa que a veces es un poco caprichosa y gruñona, esa a la que en un millar de ocasiones le gusta estar en compañía de un libro y de nadie más, esa chica que a veces se lo pasa de lujo haciéndole rabiar, pero sin duda, soy esa chica que es suya, y sé todo lo que eso implica. Nunca me sentí tan plena y esa es la realidad.
Él me hace ver que puedo ser yo misma, Él me quiere por quien soy y me ayuda a mejorar, a dejar atrás esas bobadas que formaban parte de mi vida antes de que Él apareciese en ella y que de vez en cuando, deciden salir una vez más. Nunca me he sentido tan segura desde que estoy a su lado, y aunque es normal que a veces continúe teniendo inseguridades, a su lado soy capaz de superarlas y de sentirme preparada y capaz de afrontar cualquier cosa. Así que sí, por muy repetitivo que pueda llegar a sonar... ¡Soy libre! ¡Soy la mujer más libre del mundo siendo su sumisa y dando todo por Él! ¿Por qué? Pues porque Él me lo da todo a mí y como dije el otro día: yo soy suya, sí, pero Él es mío.

jueves, 17 de julio de 2014

Los "Amos".

Hoy es una de esas mañanas de reflexiones. La música de fondo ayuda, y el hecho de que sea incapaz de dormir más horas, también. ¿Por dónde empezar? Twitter estaba convirtiéndose en una gran fuente de inspiración para este post, y es que es alucinante con toda la clase de personas con las que te vas cruzando en ese espacio. Antes de nada debo decir que el poco tiempo que llevo allí, he encontrado gente que me transmite muy buenas vibraciones, personas que tienen toda mi admiración por las cosas que escriben y como se expresan, pero es que hay otras que... ¡deberían estar encerradas! Os explico. Hace un mes más o menos, un hombre me comenzó a seguir en Twitter y me preguntó con educación si era una sumisa, le dije que sí, claro. Ni yo ni mi Dueño tenemos ningún tipo de problema en que alguien se comunique conmigo y yo pueda hablar con él o ella, sé cual es mi lugar, sé la confianza que nos tenemos mutuamente. Hasta ahí todo es perfecto, sí... siempre y cuando no se me falte el respeto sin más. Su educación inicial se esfumó en cuanto le dije a ese supuesto Amo que soy una sumisa. Ni corto ni perezoso, me ordenó, (sí, ordenó), que le dijese en ese mismo instante que quien era y lo que quería en ese mundo. No voy a entrar en detalles, pero os imaginaréis que fue desagradable, muy desagradable. Yo me quedé sin saber como reaccionar, la verdad, y aclaré rápidamente que ya tengo Amo. ¡Tonta de mí por decírselo de buenas maneras! Evidentemente le enseñé la conversación a Él y se enfadó, claro. No se enfadó conmigo, si no con la situación de que haya personas así... es decir, nosotros no juzgamos la forma de actuar de cada uno pero vamos a ver, ¡eso no era un Amo ni era nada! 
Yo no sé como es cada persona con su pareja, ni soy nadie para decir como debe o no debe tratarla, cada uno con su vida hace lo que quiere, y eso es así, pero tengo muy claro por lo que he aprendido, por lo que mi Dueño me enseña y me ha enseñado, que un Amo cuida y respeta a su sumisa ante todo. 
Vale, soy una enana, me queda mucho recorrido, pero creo que tres años a su lado han dado sus frutos, y creo también que si no estuviese con él, que si a mi lado hubiese estado otro de esos hombres que se creen Amos, me hubiesen hundido y destrozado por completo. Sé que no soy nadie para decir esto pero... elegid bien quien queréis a vuestro lado, quien es el Amo que de verdad os va a guiar, porque teniendo en cuenta todo lo que anda pululando por internet... 

Todo el tiempo que llevo al lado de mi Dueño ha habido momentos más y menos duros, baches y problemas como en cualquier pareja normal, pero ambos seguimos juntos, dándonos todo. ¿Y sabéis por qué creo que seguimos juntos? Porque evidentemente nos queremos, pero porque también nos conocemos casi mejor que a nosotros mismos. Yo no concibo una relación de este tipo sin que la persona a la que le estoy regalando todo de mí, no me respete. Con esto me refiero a que ese supuesto "Amo" que me habló por Twitter es de esa clase de personas que cree que porque seas una sumisa y él te llame puta ya estarás a sus pies. No soy ninguna puta por ser sumisa, ni por supuesto acepto que cualquiera me llame así. Tengo personalidad, tengo carácter, y a veces hasta me cojo unos cabreos monumentales... Un Amo conoce a su sumisa en muchos aspectos, pero sobretodo, la conoce como mujer, conoce sus miedos, sus puntos fuertes y débiles, sabe todo de ella... o al menos yo lo veo de ese modo. Eso es lo que me hace ver mi Amo a mí, porque Él me necesita tanto como yo lo necesito a Él.


Es tan mío, como yo tan suya.


miércoles, 16 de julio de 2014

¿Dónde está la capa de invisibilidad cuando la necesito?

Tengo dos opciones: quedarme en cama tapada hasta las orejas y no salir en todo el día, o esfumarme... irme muy lejos y no aparecer hasta mañana o hasta esta noche. Cualquiera de las dos opciones me sirve, de veras, pero me temo que no voy a correr esa suerte. ¡Debo enfrentarme a mis miedos! ¿Y cuáles son mis miedos? Pues la familia de mi Dueño, eses son mis miedos. Son encantadores, sí, y nunca me han hecho sentirme mal ni nada de eso, lo que sucede es que creo que en lo que se refiere a conocer a "novias" de su hijo, no están muy acostumbrados, al igual que yo a conocer "suegros" vaya... al fin y al cabo mi Dueño es la primera pareja que tengo. Lo que pasa es que me refiero a eso, a que creo que no saben muy bien como tratarme. Probablemente sea porque no me conocen en absoluto, y teniendo en cuenta que yo tampoco me dejo conocer fácilmente porque me cuesta abrirme, la cosa se hace mucho más complicada. Muy a mi pesar me siento un poco como una extraña en su presencia, y eso me cohíbe más si cabe... me intimidan un poco algunas de sus personalidades. ¡Yo qué sé! Soy estúpida, eso es todo. Es que hace que me frustre mucho el considerar que quizá piensen que su hijo se merece más, o que soy una aprovechada, o no sé... no sé. ¡Yo no soy nadie! Nadie especial, nadie que pueda aportarle nada especial... y simplemente estoy nerviosa. Muy nerviosa y muy angustiada. Hace tres años que estoy con él y... sigo sintiendo lo mismo respecto a su familia. ¡Ayuda por favor! Odio sentirme así.

lunes, 14 de julio de 2014

No quiero una vida contigo. Quiero una eternidad.

Permitidme que este post vaya dirigido para una persona, en realidad estoy totalmente segura de que todos sabéis para quien. Merece llevarse una pequeña sorpresa, aunque con lo listo que es sé que ya se imagina algo así. Ojalá pudiese sorprenderle de otro modo, pero a mí es a la primera a la que le entristece no poder hacerlo, creedme. ¡Vamos allá, mis sentimientos están a flor de piel! 

Hoy es 14 de Julio y aunque ambos decíamos desde hace un par de meses que ya llevábamos tres años juntos, no es hasta hoy que los cumplimos de verdad. ¡Aún parece ayer cuando nos conocimos! ¿Recuerdas? Era 14 de Julio del año 2011, juraría que era jueves, una tarde calurosa, llena de vitalidad. Parecía que teníamos todo el tiempo del mundo por delante pero las horas pasaron volando, demasiado rápido. Paseamos por toda la ciudad y hablamos de mil temas, nos conocimos poco a poco, sin prisas. Ambos llevábamos la idea de entablar una amistad, de que nada fuese forzado, pero vaya... en cuanto nuestros ojos se encontraron supe que eras esa persona con la que me había pasado años soñando. Quizá a mucha gente le resulte difícil de creer, admito que si yo no fuese una de las protagonistas de nuestra historia y no hubiese vivido lo que tú y yo hemos vivido, también me costaría entenderlo, pero nadie borrará jamás de mi mente uno de los instantes más hermosos de toda mi vida: tú y yo sentados en el borde de una pequeña escalera de una plaza de la ciudad, las personas de un lado para otro, los niños jugando, el calor... todo pareció quedarse paralizado en el momento en el que nos quedamos mirándonos fijamente. ¿Cuánto tiempo pasó? Parecía que tus ojos y los míos estaban conectados, quizá fue entonces cuando la cadena comenzó a surgir... Me puse tan nerviosa en ese instante que no pude evitar sacar al exterior mi vena metepatas: "¿usas lentillas?", pregunté. ¡Qué vergüenza! Me miraste con cara de pensar que estaba loca o que era estúpida, probablemente ambas cosas. Supongo que fue entonces cuando comenzaste a darte cuenta de lo boba que era (y sigo siendo), pero afortunadamente, volvimos a quedar, nos besamos, volvimos a quedar, nos conocimos más, volvimos a quedar, pasamos el mejor verano del mundo, volvimos a quedar, hicimos el amor, volvimos a quedar... nos amamos. ¡Han pasado tres años desde entonces! Tres maravillosos años a tu lado. Era una niña cuando me conociste, diecisiete añitos tenía, y lo sé, sigo siéndolo a mis veinte de hoy en día, pero me gusta ver mi progresión, ver mis avances, las cosas en las que he mejorado, la madurez que ha alcanzando nuestra relación. 
Eres mi Amo, sí, pero también eres mi amor, eres mi vida entera, mi protección, mis sueños, mis esperanzas, mi tranquilidad... Yo soy tuya, pero soy tan tuya como tú tan mío.
Gracias por estos maravillosos tres años, juntos hemos superado cualquier bache pero siempre de la mano, unidos. Juntos somos invencibles y ahora es nuestro momento, el inicio de una nueva etapa, de un nosotros de verdad. ¡Gracias por hacerme vivir! 



¿Qué dices? ¿Permites a esta niña boba amarte más allá de la vida? 

domingo, 13 de julio de 2014

Ahora que los sentidos sienten sin miedo.

Antes de comenzar a parlotear, debo ser justa y decir que el título lo he sacado de una canción del grandísimo genio que es Sabina. No digáis que no es una frase que significa muchísimo, al menos en mi caso, ya que nunca me he sentido más liberada que ahora. Y además, como también pretendo hablar un poco de mi familia, pues creo que viene al caso que utilice una frase de él ya que de pequeña me pasaba las mañanas de los sábados escuchándolo de fondo por toda la casa, a mi padre le encantaba, así que ya os imagináis, también me transporta a recuerdos muy agradables de hace años.

Llevaba dos días quejándome en Twitter de que tenía una comida familiar de la que no me podía escaquear. He de decir que estaba un poco tensa ante la idea de ir, y que quede claro que ADORO a mi familia, pero vaya, no sé si a vosotros os sucede, pero en la mía, siempre hay el típico pariente que no para de preguntarte mil cosas sobre tu vida y a mí eso me da mucho bajón. ¡Qué pereza! Sobretodo para mí que soy la chica más discreta del mundo, no me gusta ni cotillear, ni nada de esas bobadas... Lo que sucede es que en este caso una de mis tías te hace un repaso visual de arriba a abajo con todo el descaro con el que es capaz y luego te sonríe de manera dócil, como para que creas que está de tu lado. Odio eso, se nota, ¿no? Pero por suerte, lo único con lo que me deleitó ayer fue con: "¡Qué blanquita estás! ¡Tienes que ponerte más morena!". Quizá no ha captado aún que probablemente a mí me gusta estar más blanquita, y que mi piel no es de ese tipo de piel que se broncea. ¡Qué culpa tendré yo de ser pecosa y no estar morena!
En fin, para mi sorpresa la comida transcurrió de una manera muy agradable,más aún sabiendo que mi Dueño estaba cómodo, Él siempre puede con todo, y dado que tiene a mi madre y a mi padre comiendo de su mano desde que le conocen... mejor que mejor. ¡Yo no entiendo de donde saca esa facilidad de ganarse a la gente! A mí me cuesta una barbaridad abrirme con los demás, supongo que soy un poco "bicho raro".
Debo admitir que lo que más me gustó de la tarde fue nuestra escapada, regresamos a la casa donde vivo actualmente, esa que en breve dejaré para irme con él, y nos relajamos un poco. Intenté convencerle una vez más de que se hiciese un Twitter, pero mira que es testarudo (y no te enfades cuando leas esto)... y terminamos de un modo más que placentero. Me levantó la camiseta, me bajó el sujetador y empezó a mordisquear mis pezones. ¡Ay! Me va a volver loca. Yo no paraba de retorcerme y pedirle que parase y que me prometiese que no haríamos más, que me dolía la barriga por culpa de la regla y que no me gusta tener sexo cuando tengo la regla. Pero claro, ¿cómo terminó todo? Conmigo así, de este modo:



Bajándome las bragas más rápido que un rayo y corriendo los dos para la ducha. Admito que le pongo pegas a follar cuando tengo la regla, pero... siempre me resulta terriblemente placentero. Aunque yo soy mucho de hacer eso, de en principio "negarme" un poquito a algo, juguetona, y que después terminemos haciéndolo porque Él quiere y yo volviéndome loca. Lo peor es que lo que me asusta de esos momentos es que le de asco, pero nunca deja de decirme que cómo le va a dar asco algo mío, que me adora... y a mí pues ya os imagináis, se me pone carita de boba enamorada, aunque en realidad creo que tengo esa cara siempre. Así que sí, el día terminó del mejor modo que podía terminar y lo mejor es que... tengo la marca de sus dientes en mi espalda. ¿¡Se puede pedir más!?

viernes, 11 de julio de 2014

Necesitarte.

Tal vez sea por culpa de todas las emociones tan intensas que he vivido estos días, o quizá simplemente es porque era el momento de ponerse así, algo más sensible, más propensa a tener uno de esos días de llorar sin control, pero que yo últimamente estoy muy "pro vainilla" es un hecho probado. Quién lo iba a decir... la pequeña An reconociendo esto. No me malinterpretéis, creo que todas las relaciones tienen sus momentos, y creo que incluso un Amo y sumisa también pueden permitirse tener de vez en cuando relaciones más convencionales, pero que yo lo diga es raro... muy raro. En realidad, cuando paso mucho tiempo sin tener sesiones algo más fuertes en las que poco a poco voy superándome a mí misma, descubriendo nuevas experiencias, dejando atrás absurdos límites... ¡me desespero! Es algo que necesito como respirar, por eso muchas veces me pongo caprichosa, contestona... como buscando de forma inconsciente algún tipo de castigo. ¡Tonta de mí! Él mejor que nadie sabe lo que quiero, y no dármelo es el mejor modo de castigarme, lo sé. Lo que ocurre es que estos días tengo una sensación diferente, necesito besos, mimos... ya sabéis. 

Como os digo, probablemente es porque estos últimos días han sido toda una locura de sentimientos. El estar asustada por algo nuevo, el no saber como serán las cosas... y la euforia posterior por conocer que el día tan esperado, el de irnos a vivir juntos, se acerca. Creo que todo eso ha influido en la necesidad que tengo en este momento. Y me gusta, la verdad.
Aunque suene patético, aunque conociéndole, quizá él no me lo permita, llevo un día entero fantaseando con pillarle por sorpresa, despacito, tratando de que se acostumbre a mi arranque de iniciativa, ponerme de puntillas, rodear su cuello con mis brazos y darle un beso dulce, de esos que adoro darle cuando él me deja hacerlo. Es una sensación maravillosa, se queda quieto, con los ojos entreabiertos observando lo que voy a hacer y yo simplemente me dejo llevar, jamás olvidando donde está mi sitio, pero sí que deseando y esperando hacerle sentir y demostrarle todo lo que siento por él, que no es poco. Y cuando el beso acaba, es ahí cuando me agarra la cara con sus manos, sonríe y sonrío en su boca, y vuelve a tomar el control. Porque nosotros somos así, hasta cuando estamos más vainilla él es un dominante, hasta cuando me manda que me ponga encima de él controla la situación. Doy gracias a que sea así, al fin y al cabo, eso es lo que me gusta, eso es lo que me hace feliz. A ambos nos hace felices.


Me pongo tan nerviosa en esas ocasiones en las que parece que tiene toda la paciencia del mundo para torturarme de placer... Parezco una muñequita frágil en sus manos, aunque en realidad, eso es lo que parezco siempre, sólo que en esos instantes siento que soy capaz de explotar en
mil pedazos, no os lo podríais imaginar.

Desde el minuto cero sabe como volverme loca. Sus manos conocen demasiado bien mi cuerpo, mejor que las mías propias, ¿pero cómo no iban a hacerlo? Es el primer hombre con el que comparto mi vida, con el que experimento cosas de este tipo. Quién iba a decirlo, ¿verdad? Llevo a su lado desde los diecisiete años, ya han pasado tres desde entonces y todo sigue siendo como el primer día, como si descubriese mi cuerpo desnudo una vez más sólo que ahora, lo conoce hasta niveles insospechados. 



¿Pero qué os voy a decir yo? Si estoy completamente enamorada de él, si es el único capaz de hacerme sentir todo esto. A veces me pregunto que sería de mí sin él, y la verdad, por muy horrible que pueda sonar: no sé que sería de mi vida. Sé que a pesar de todo, soy una mujer independiente, y él es el primero en recordármelo, en hacerme ver que soy responsable y fuerte, que puedo conseguir todo lo que me proponga, que aunque sea su "niña pequeña", también soy su mujer, también soy madura y tengo las cosas claras. Pero yo sé que el pilar fundamental que me sostiene es su presencia, es su apoyo, su cuidado, su protección... es respirar su olor y saber que estoy en casa, es saber que le he decepcionado y sentirme la peor persona del mundo... Sé que nunca se puede decir nunca, soy totalmente consciente de ello, pero... tengo mis serias dudas de que algún día pueda dejar de sentir todo esto. 

jueves, 10 de julio de 2014

Descubriendo mi nuevo hogar.

Agotada, así estoy, pero no voy a quejarme, merece la pena estar así después de todo lo que ha sucedido esta mañana. Estoy en una nube y me apena no poder demostrar más aún todo lo feliz que soy por culpa de esta pereza que tengo encima... Admito que soy de esas personas que suelen madrugar aunque no tengan nada importante que hacer, ya sabéis, me despierto y aunque sea tempranísimo no aguanto quieta en cama, necesito ponerme las pilas y comenzar el día, pero justo hoy fue de esas mañanas en las que me ocurrió todo lo contrario, debía madrugar más que nunca para hacer algo importante e imaginaos, estaba profundamente dormida cuando sonó el despertador, tan dormida que me costó despertarme con su atronador ruido. Justo anoche di miles de vueltas en cama, me despertaba cada poco tiempo, no descansaba en ninguna postura... en fin, es verdad  que mi "amiga", esa que me visita todos los meses, se avecina, pero estoy segura de que influyeron en mi intento fallido de descansar todos los nervios que me acompañaron ayer. Como sabéis, estaba algo susceptible (por llamarlo de algún modo), algo asustada por todo lo de buscar piso, por lo de mudarme de ciudad... ¡Ha resultado ser más caótico de lo que esperaba! El caso es que... ¿Sabéis por qué tuve que madrugar tanto hoy?

Esta mañana me subí al coche sin rechistar y... ha sido lo mejor que pude haber hecho. Admito que cuando llegué a la ciudad donde muy pronto voy a vivir, todo se me vino un poco encima. ¿En qué calle vamos a vivir? ¿Dónde iré a hacer la compra? ¿Pero cómo me dirijo al lugar donde voy a estudiar? ¿Dónde aparcamos el coche? ¿Pero y los muebles? ¿Y si no nos gustan los pisos? ¿Y si no sé que bus tengo que coger? ¿Y si...? ¿Y si...? ¿Y si...? ¡Soy una pesada! Una auténtica pesada, lo sé. Bendita paciencia la que tiene mi Dueño conmigo. Un beso, un abrazo, un apretón en la mano y esa fuerza que ni él mismo es consciente de que me transmite con un simple gesto. Respiré hondo y sí, me sentí capaz de todo, me sentí feliz, preparada. Esa es la palabra: estoy PREPARADA.
Me duele todo el cuerpo de haber estado toda la mañana caminando de un lado para otro, pero ha merecido la pena y mucho. Me he enamorado de uno de los pisos que hemos visto, me he enamorado por completo, aunque admito que ese sentimiento no es comparable con lo que me ha hecho sentir la ciudad. Pese a no tener mucho que ver con mi ciudad natal, y sobretodo, teniendo en cuenta lo muchísimo que voy a añorar mi amado mar... ha sido un lugar que me ha fascinado. Sus calles de piedra, ese aspecto tan antiguo, los edificios con su aura señorial... ¡la cantidad de turistas y de gente de culturas diversas que paseaban por ella! Tengo que admitir que ha superado con creces mis expectativas iniciales, me ha encantado.
Estoy entusiasmada, no puedo evitarlo, y sé que puede parecer contradictorio teniendo en cuenta todo lo que expresé ayer pero es que... las emociones son así, ¿no? Únicamente él consigue quitarme todas mis inseguridades, ¿dónde voy a estar mejor que a su lado? Le amo, amo con locura a mi Amo, qué bien suena eso, ¿no? Es increíble lo que cambian las cosas, lo que pueden llegar a avanzar... ¡Ya tenemos piso y yo aún no me lo creo! No puedo pedir más.

miércoles, 9 de julio de 2014

A mil por hora.

¿Pensabais que me había esfumado? ¡Jamás dejaría a un lado este blog que tantas satisfacciones me está proporcionando! Escribir es una vía de escape fantástica. Puedo expresar lo que siento sin miedo a nada, dejando fluir todas y cada una de mis emociones, siendo yo misma ante todos los que dedicáis unos minutos a leer todo esto, por lo que sin duda debo deciros que... ¡gracias! Gracias por permitirme ser quien quiero ser y por acoger lo que siento. 
Si no pude escribir ningún post durante estos días fue por el tremendo estrés que supone buscar piso. Si leéis mi Twitter ya estaréis enterados, pero vaya... ¡nunca imaginé que sería tan agobiante! Todo lo que me está sucediendo últimamente es como una carrera de fondo y la verdad es que me estoy dando cuenta de todo lo que supone justo ahora. Son un montón de sensaciones contradictorias con las que tengo que lidiar, y realmente estoy un poco perdida. Le tengo a él, por supuesto, sin su ayuda nada sería lo mismo, pero aún así... ¿Nunca os ha sucedido eso? En este instante siento que le necesito más que nunca o acabaré por derrumbarme, sé que quizá mi comportamiento suena estúpido, y probablemente lo es, pero... ¿qué hago? No puedo ni quiero mentir.

En situaciones como estas es cuando me doy cuenta de lo niña que soy aún, de lo muchísimo que tengo que madurar, pero al menos me reconforta saber que yo misma soy consciente de mis errores. Temo que todo esto se me venga grande, pero no le defraudaré, él confía en mí, y por supuesto yo confío en él. Llevamos juntos tres años, compartiendo muchas cosas, aprendiendo, superando obstáculos, queriéndonos, a veces incluso "odiándonos"... pero siempre juntos. Tras estos tres años lo que siempre he deseado es que me dijese que era el momento de comenzar una vida en común, ya sabéis, de compartir todo mucho más de lo que podíamos hacerlo hasta el momento, de que nuestra relación diese ese paso más que nos faltaba y ahora que ha llegado el momento... ¡estoy nerviosa y un poco asustada! Supongo que es normal que lo esté, nunca he pasado por algo así, todo va a cambiar. Mi vida va a ser totalmente diferente, y no lo digo por el simple hecho de que voy a vivir con él, si no que es mucho más, estaré lejos de mi familia, viviré en otra ciudad, no conoceré a nadie... a medida que se acerca el momento mi corazón late más fuerte. Tengo tantas ganas y a la vez tantos nervios... 





No quiero que las cosas se malinterpreten y antes de que penséis mal o de que parezca algo que no es, aclaro una vez más que: ME MUERO POR IRME A VIVIR CON ÉL. Lo que sucede es que todo esto es nuevo para mí, soy muy joven, soy muy inexperta y... quiero que las cosas salgan bien. Es más, sé que saldrán bien, pero no puedo evitar que en este instante, a medida que se acerca el día de irme, mi corazón esté frenético.
Comienza una nueva etapa en mi vida, una etapa muy importante, y es ahora cuando debo demostrar (sobretodo a mi misma), que soy una mujer responsable, que puedo superar los obstáculos yo sola, que puedo conseguir todo lo que me proponga, y lo haré de su mano, sí. Pero lo haré yo porque puedo con ello, porque quiero avanzar y vivir. Vivir con una intensidad y pasión con la que no he vivido nunca.

Por una parte es como si mi infancia quedase atrás, como si al fin diese ese paso que hasta este momento nunca me he atrevido a dar, y supongo que es comprensible que eso me asuste un poco, pero yo no me rindo, quizá en otras situaciones de la vida lo hice, pero ahora jamás, rendirse no es una opción. 

domingo, 6 de julio de 2014

Esas extrañas mañanas de domingo...

Que hoy estoy muy ñoña es un hecho probado. Pero mucho, mucho. Realmente no sabría deciros si influye esto de que esté viendo vídeos estúpidos de pasteles y todas esas cosas, no sé porque lo hago tanto últimamente. Pero sea como sea ahora estoy en uno de esos momentos de: "¡Genial, quiero cocinar magdalenas de chocolate y dárselas toditas a mi Dueño, y que le encanten, y sacarle una sonrisa inmensa de esas con las que me deleita que hacen que mi corazoncito se derrita!". Lo sé, ahora mismo estoy comportándome totalmente como una cría, pero supongo que nadie puede ocultar su propia naturaleza durante mucho tiempo. Soy una cría, me guste más o menos, pero lo soy.

Sé que cada cual lleva su vida del modo que desea, del modo en el que es feliz. Con las relaciones de pareja creo que sucede lo mismo. En mi caso, mi pareja es mi Dueño, sí, mi Amo... o como vosotros deseéis llamarlo, pero no es eso únicamente, por suerte. Él es mi mejor amigo desde hace mucho, esa "media naranja" que todos deseamos encontrar algún día, esa persona que conoce todos tus secretos, tus miedos, las cosas que te hacen feliz, lo que te entristece... tus puntos débiles, los fuertes... absolutamente todo. Sin duda, creo que así es como debe ser, al menos yo no soy capaz de imaginarme una relación de otra manera.
Sabe como soy, y por supuesto, él es el primero que conoce mis errores y lo niña que puedo llegar a ser a veces, pero puedo decir con toda la seguridad del mundo que me ama tanto como yo a él, que esos errores que me caracterizan, que esa niñez que a veces le saca de quicio, también le enamora. Supongo que todo esto hace que nos sintamos vivos. No por cometer errores de vez en cuando o seguir siendo quien yo soy, dejo de ser más sumisa. Al fin y al cabo, ese sentimiento de sumisión me acompaña desde siempre, es algo que constantemente ha estado dentro de mí. Lo que me apasiona de mi Dueño además de muchas otras cosas es que él adora mi personalidad, que por nada del mundo permitiría que yo cambiase, que dejase de hacer las cosas que me gusta hacer, que actuase de una manera con la que no puedo actuar. Él quiere que yo sea como soy, yo misma a cada instante, y eso es algo que hay que agradecer.

No busquéis un Amo, buscad a VUESTRO Amo, porque ese... sólo hay uno.

miércoles, 2 de julio de 2014

Ayer a estas horas...

Ayer a estas horas. No podría poner un título mejor a este post. Mi mente aún está fantaseando con todo lo que ocurrió ayer, fue una mañana absolutamente maravillosa. Lo único malo fue que tuviese que terminar y que no fuesen así todas, mejor dicho, que no fuesen así todos los días, todas las noches... ¡a todas horas! Me consuela pensar en que más pronto de lo que parece me iré a vivir con él, si no realmente no sé lo que sería de mí, el lugar en el que ahora vivo, mi vida en general... a veces pienso que es un caos, que la única persona que la mantiene y que le da sentido a todo es él. Pero vaya, para hablar de mi vida y contaros todas esas sensaciones creo que necesitaría un año y soy consciente que debo hacerlo, que soltar todo es lo mejor que una puede hacer, es liberador, como quitarse un gran peso de encima, aunque supongo que ahora no es el momento... también tengo que sentir fuerzas para hacerlo, estar segura de que deseo contarlo y abrirme tanto a todos vosotros. Lo haré, sé que acabaré haciéndolo, pero aún es pronto, ¿no?
Lo que tengo claro es que ningún sentimiento negativo nublará la sensación con la que me quedé tras la mañana de ayer. Realmente necesitaba una sesión así, tan intensa... vale, admito que esta mañana me duele todo el cuerpo, de veras. No sé si en parte por la porquería de cama en la que duermo, o si me duele por todo lo que ocurrió ayer... ¡supongo que una mezcla de ambas cosas! Lo que sé es que fue increíble, que me encantaría que todos los días fuesen así. Aún siento un cosquilleo en el cuerpo recordando como sus manos recorrían mi piel, como entraba en mí tras tantos días sin poder hacerlo... ¡No me bajéis de esta nube! Quiero tenerle de nuevo, aquí a mi lado. 





martes, 1 de julio de 2014

Cuidado, que me enamoro.

Tal vez sea porque esta mañana ha sido maravillosa, porque aún sigo con esas mariposas en el estómago revoloteando, porque estoy absolutamente enamorada y entrega a ti. Tú mejor que nadie sabes que soy tuya pero vaya, supongo que todo eso ha influido en que ahora, en este instante, me sienta como que falta algo... sí, faltas aquí, a mi lado.

Eres mi propio Sol.

Es gracioso, hace tan sólo unos segundos estaba quejándome en Twitter de que en mi ciudad no para de llover, de que añoro un mísero rayito de Sol y poder ir a la playa con él... al fin y al cabo, vosotros sabéis mejor que nadie lo maravilloso que es ir a la playa con tu pareja. Nunca fueron tan deliciosas esas tardes. Primero nos echamos crema tocando más allá de los "límites permitidos", después vamos al agua, nos rozamos, jugamos... y como soy una miedica y soy incapaz de soltarme de sus brazos porque tengo pánico al agua, él me hace rabiar y juega más conmigo. ¡Sí, quiero que deje de llover, no puedo evitarlo!
Lo que sucede, es que justo ahora, mientras miraba por la ventaba de mi habitación, pendiente del reloj ya que en tan sólo media hora vendrá a casa a verme, y pensando sobre qué dedicaría mi post de hoy aquí en el blog... me he dado cuenta de que en realidad me quejo de vicio. ¡No necesito nada! Claro que no. ¿Qué importa el Sol? ¿Qué importa si llueve, si diluvia? ¿Si de pronto empezase a nevar en pleno Julio? Me da igual. De hecho creo que he llegado a un punto en el que todo me da igual, todo excepto él y el mundo que nos rodea a los dos, vaya, todo menos nosotros.

Probablemente estáis más que hartos de escuchar o leer en diferentes lugares este tipo de sentimientos, supongo que es algo normal, pero pienso que todas las personas viven las cosas a su manera, al fin y al cabo somos diferentes, ahí reside la gracia del asunto. Pero aún así no puedo evitar decir lo que siento, por muy empalagoso o ñoño que pueda parecer. No me creeríais si os dijese que hace tiempo yo me reía de las parejitas que iba viendo por la calle en modo "romántico", ni siquiera hubiese podido imaginarme que acabaría de este modo, con una persona a mi lado durante años, siendo suya... completamente SUYA. Dando lo que doy por él, aceptando sus castigos, tratando de mejorar diariamente, guardando sus palabras de amor y sus caricias como los regalos más preciados... no, jamás lo hubiese imaginado. Jamás se me hubiese pasado por la cabeza que necesitaría tanto a alguien, que no podría vivir sin esa persona, porque esa es la realidad... ya no sé vivir sin él, y no me avergüenza decirlo. 




Y que sepáis que sólo faltan diez minutos para que llegue. Teniendo en cuenta lo puntual que es ya puedo darme prisa en terminar de escribir este post... menos mal que todo está listo. De hecho, tendríais que verme en este instante... tengo a esas estúpidas mariposillas rondando mi estómago, ¡estoy nerviosa! ¡tengo ganas de él! tengo ganas de que me use, de que me folle... lo necesito. No tengo ni idea de lo que me deparará la mañana, él tiene sus planes, como habitualmente. Por lo pronto me pidió que le esperase vestida de un determinado modo. ¡Estoy impaciente! Sea lo que sea... os mantendré informados (siempre y cuando él me deje, por supuesto.