jueves, 10 de julio de 2014

Descubriendo mi nuevo hogar.

Agotada, así estoy, pero no voy a quejarme, merece la pena estar así después de todo lo que ha sucedido esta mañana. Estoy en una nube y me apena no poder demostrar más aún todo lo feliz que soy por culpa de esta pereza que tengo encima... Admito que soy de esas personas que suelen madrugar aunque no tengan nada importante que hacer, ya sabéis, me despierto y aunque sea tempranísimo no aguanto quieta en cama, necesito ponerme las pilas y comenzar el día, pero justo hoy fue de esas mañanas en las que me ocurrió todo lo contrario, debía madrugar más que nunca para hacer algo importante e imaginaos, estaba profundamente dormida cuando sonó el despertador, tan dormida que me costó despertarme con su atronador ruido. Justo anoche di miles de vueltas en cama, me despertaba cada poco tiempo, no descansaba en ninguna postura... en fin, es verdad  que mi "amiga", esa que me visita todos los meses, se avecina, pero estoy segura de que influyeron en mi intento fallido de descansar todos los nervios que me acompañaron ayer. Como sabéis, estaba algo susceptible (por llamarlo de algún modo), algo asustada por todo lo de buscar piso, por lo de mudarme de ciudad... ¡Ha resultado ser más caótico de lo que esperaba! El caso es que... ¿Sabéis por qué tuve que madrugar tanto hoy?

Esta mañana me subí al coche sin rechistar y... ha sido lo mejor que pude haber hecho. Admito que cuando llegué a la ciudad donde muy pronto voy a vivir, todo se me vino un poco encima. ¿En qué calle vamos a vivir? ¿Dónde iré a hacer la compra? ¿Pero cómo me dirijo al lugar donde voy a estudiar? ¿Dónde aparcamos el coche? ¿Pero y los muebles? ¿Y si no nos gustan los pisos? ¿Y si no sé que bus tengo que coger? ¿Y si...? ¿Y si...? ¿Y si...? ¡Soy una pesada! Una auténtica pesada, lo sé. Bendita paciencia la que tiene mi Dueño conmigo. Un beso, un abrazo, un apretón en la mano y esa fuerza que ni él mismo es consciente de que me transmite con un simple gesto. Respiré hondo y sí, me sentí capaz de todo, me sentí feliz, preparada. Esa es la palabra: estoy PREPARADA.
Me duele todo el cuerpo de haber estado toda la mañana caminando de un lado para otro, pero ha merecido la pena y mucho. Me he enamorado de uno de los pisos que hemos visto, me he enamorado por completo, aunque admito que ese sentimiento no es comparable con lo que me ha hecho sentir la ciudad. Pese a no tener mucho que ver con mi ciudad natal, y sobretodo, teniendo en cuenta lo muchísimo que voy a añorar mi amado mar... ha sido un lugar que me ha fascinado. Sus calles de piedra, ese aspecto tan antiguo, los edificios con su aura señorial... ¡la cantidad de turistas y de gente de culturas diversas que paseaban por ella! Tengo que admitir que ha superado con creces mis expectativas iniciales, me ha encantado.
Estoy entusiasmada, no puedo evitarlo, y sé que puede parecer contradictorio teniendo en cuenta todo lo que expresé ayer pero es que... las emociones son así, ¿no? Únicamente él consigue quitarme todas mis inseguridades, ¿dónde voy a estar mejor que a su lado? Le amo, amo con locura a mi Amo, qué bien suena eso, ¿no? Es increíble lo que cambian las cosas, lo que pueden llegar a avanzar... ¡Ya tenemos piso y yo aún no me lo creo! No puedo pedir más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario