miércoles, 2 de julio de 2014

Ayer a estas horas...

Ayer a estas horas. No podría poner un título mejor a este post. Mi mente aún está fantaseando con todo lo que ocurrió ayer, fue una mañana absolutamente maravillosa. Lo único malo fue que tuviese que terminar y que no fuesen así todas, mejor dicho, que no fuesen así todos los días, todas las noches... ¡a todas horas! Me consuela pensar en que más pronto de lo que parece me iré a vivir con él, si no realmente no sé lo que sería de mí, el lugar en el que ahora vivo, mi vida en general... a veces pienso que es un caos, que la única persona que la mantiene y que le da sentido a todo es él. Pero vaya, para hablar de mi vida y contaros todas esas sensaciones creo que necesitaría un año y soy consciente que debo hacerlo, que soltar todo es lo mejor que una puede hacer, es liberador, como quitarse un gran peso de encima, aunque supongo que ahora no es el momento... también tengo que sentir fuerzas para hacerlo, estar segura de que deseo contarlo y abrirme tanto a todos vosotros. Lo haré, sé que acabaré haciéndolo, pero aún es pronto, ¿no?
Lo que tengo claro es que ningún sentimiento negativo nublará la sensación con la que me quedé tras la mañana de ayer. Realmente necesitaba una sesión así, tan intensa... vale, admito que esta mañana me duele todo el cuerpo, de veras. No sé si en parte por la porquería de cama en la que duermo, o si me duele por todo lo que ocurrió ayer... ¡supongo que una mezcla de ambas cosas! Lo que sé es que fue increíble, que me encantaría que todos los días fuesen así. Aún siento un cosquilleo en el cuerpo recordando como sus manos recorrían mi piel, como entraba en mí tras tantos días sin poder hacerlo... ¡No me bajéis de esta nube! Quiero tenerle de nuevo, aquí a mi lado. 





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