jueves, 31 de julio de 2014

Pon un Drácula en tu vida.

Vale. Ahora es cuando os preguntaréis a qué viene el título de este post, pues bien, en realidad me estoy dejando llevar. Llevar totalmente. Ni siquiera había planeado escribir sobre un tema en especial o comentar cosas que creía necesarias, simplemente estoy dejando que mis dedos tecleen en el ordenador como si tuviesen vida propia y ala, ya veremos lo que surge de aquí. Además, estoy viviendo uno de esos momentos de: "Bienvenido frikismo, te echaba de menos". Y cuando mi vena friki sale a la luz de nuevo, no hay nada que pueda hacer para controlarla, ni siquiera puede Él que me conoce mejor que nadie. 

En este instante no puedo evitar recordar que esto ya viene de serie en mí. Me acuerdo que de pequeña me volvía loca con todo lo relacionado con Harry Potter. Me leía los libros miles de veces, estrenaban las películas y era la primera en estar ahí, incluso compraba las entradas dos días antes del estreno no fuese a ser que me quedase sin ellas, jugaba con un palillo chino haciendo que era mi varita mágica, y cuando iba a patinar, imaginaba que esos no eran patines, si no que estaba sobre una Nimbus 2000 jugando al quiddich. Supongo que no hace falta que recalque que hoy en día, sigue encantándome todo lo relacionado con Harry Potter, ¿verdad?
Después de esta saga, que evidentemente es la que más marcó mi infancia por el simple hecho de que fui creciendo con ella prácticamente al mismo tiempo, hubo otros libros o películas con las que me fui refugiando de este mundo real que es tan sumamente estúpido, supongo que ese es el efecto que ha causado y sigue causando en mí todo esto, ya os dije que muchas veces vivo inmersa en mi propio mundo ajena a todo lo que tiene que ver con la realidad, sé que en muchas ocasiones no es bueno, pero vaya... de vez en cuando todos nos merecemos soñar. Soñar tanto como nos sea posible y nunca dejar de hacerlo. De este modo siempre he ido ocupando esos momentos con fantasías, cuentos de hadas y dragones, dramas con los que no pudiese parar de llorar, historias que me dejasen los pelos de punta, cosas con las que ocupar mi mente horas y horas, ajena a todo lo demás. No voy a negarlo, soy feliz haciendo eso. Pero... ¿qué ocurre a día de hoy? Pues que Él adora eso de mí y que además de permitirme continuar soñando y disfrutando de estas cosas, me ha abierto todo un mundo de posibilidades. Es decir, ¿qué ocurre si me pongo a unir dos de mis pasiones? Pues vaya... ¡qué acabo por ver Amos y sumisas por todas partes!


No sé si a vosotros os sucede, pero a mí, desde hace una buena temporada, me da por analizar si la gente que conozco encaja más en el rol de Am@, o sumis@. En realidad pienso que todos somos una de las dos cosas o quizá en momentos, un poco de ambas, pero vaya, no puedo evitar hacerlo... de hecho, me gusta fantasear con el hecho de: "¿Y si esa amiga es sumisa? La verdad es que creo que sí... ¿Hará con su novio las cosas que yo hago con mi Amo?". Y de una forma u otra, eso me da morbo. 
Últimamente veo relaciones D/s por todos lados, y la última que he visto ha sido en la serie que estoy disfrutando estos días, la de Drácula. Yo no sé si es porque Jonathan Rhys Meyers es el protagonista y eso ya le añade un aura especial a la que tiene ya de por si el personaje, pero es que... ¡Madre mía! Es ponerte a verla y desear ser vampiro y disfrutar de la inmortalidad con un hombre así. Y que quede claro que ni mucho menos estoy infravalorando a mi Amo, que cada vez veo más gente susceptible en las redes sociales que por leer algo así de una sumisa con Amo ya estarían diciendo de mí de todo, en fin. 
El caso es que esa ambientación me fascina, ese Londres en plena época Victoriana, esa oscuridad que por supuesto envuelve al personaje y esa actitud tan poderosa y dominante... ¿Qué queréis que os diga? A mí son cosas que me derriten. Así que ala, permitidme continuar fantaseando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario