jueves, 2 de octubre de 2014

Eres luz.



Será esta sensación pre-menstruación que normalmente me tiene loca, llena de sensaciones, de altibajos emocionales y sobre todo de unas ganas de pasarme el día follando, así, sin maquillar el texto ni poner floripondios ni bobadas para que quede más bonito, pero es que te miro... justo ahora lo hago, mientras escribo esta entrada en el blog y evidentemente tú no sabes que lo estoy haciendo, que te estoy espiando mientras trabajas en tu ordenador aquí en el salón cerquita de mí, te miro de reojo... me gustas, pero ya lo sabes, me gustas mucho, te quiero, te amo, te adoro. Pero vaya, eso no es nada nuevo, ¿verdad? Que sé que te deseo y sé que me deseas, sé lo que nos une pero aunque ahora estamos pasando por una gran prueba: la convivencia, ya sabes, esa que de vez en cuando nos hace fruncir el ceño y poner cara de gruñones y enfadarnos, bueno, pues esa, esa convivencia que a veces nos pone de los nervios, la quiero con locura. 
Eres mi alemán cuadriculado, y sí, también eres mi bobo, aunque la gente se indigne porque te lo llame, lo eres y lo sabes. Pero la palabra lo dice, eres MI bobo, y... lo eres todo. 

Gracias por esas miradas que me hacen estremecer, por esas caricias que únicamente esconde el edredón de nuestra cama, por esas risas mientras miras el desastre que hago en la cocina, esas caras serias mientras cenamos y tratas de fingir que te encanta la comida (prometo mejorar), gracias por esos ojos que me pones cuando me ves salir de la ducha, cuando nos cruzamos por el pasillo y me das un cachete en el culo al pasar. Gracias por ser un pesado, (porque lo eres), por abrazarme cuando me hace falta, por secar mis lágrimas, gracias por respetarme, por quererme y cuidarme. Gracias por hacerme avanzar, ser valiente, descubrir, experimentar... Por ser mi compañero, mi mejor amigo, mi Amo, mi mundo. Decir que te quiero es muy poco pero... lo hago, te quiero y mucho.

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