jueves, 30 de octubre de 2014

Nosotros, las marionetas.

El juego de la vida. Vaya juego más injusto, ¿no? Cada día me enferma más esta sociedad, a mí, a una niñata estúpida que aún acaba de comenzar a descubrir el mundo. ¡Pero vaya mundo! A veces intento ver únicamente el lado bueno de las cosas, y consigo hacerlo, pero es egoísta. Creo que ese es el problema de los seres humanos, nos resulta muy fácil no mirar alrededor, no vaya a ser que la mierda nos salpique. No voy a mentir, tal vez decir todo esto me convierte en una hipócrita puesto que yo estoy aquí, escribiendo en un ordenador, sentada en mi mullido sofá, calentita en mi casa disfrutando de todas las facilidades de las que desgraciadamente carece mucha gente. No planeo ni quiero irme de "justiciera", no lo soy, ni tampoco me creo ningún ejemplo a seguir, estoy cargada de errores, de defectos que ojalá vosotros no tengáis pero por suerte tengo una virtud, sé abrir los ojos. 
Si tuviera que explicar cómo es el mundo en el que vivo no dudaría en la respuesta, simplemente es injusto. Muy injusto. Día tras día te encuentras con una noticia nueva, con algo que te confirma una vez más la capacidad que tienen de mentirnos y de reírse de nosotros una y otra vez. Lo triste de esto es que ya no nos sorprende nada, al menos a mí. 

Vivo en una sociedad en la que si eres diferente, tan solo un poco diferente, la gente se aparta de ti como si tuvieses la peste. Una sociedad en la que es más fácil juntarse con los fuertes y pisotear a los débiles, reírse de los demás por su aspecto, por su forma de ser, por su forma de hablar, de pensar... 
¿Acaso no tenemos todos cosas que esconder? 

No hace mucho me pasó algo muy curioso, estaba en una parada de bus y tres chicos de color se sentaron a mi lado, no había nadie más. Uno de ellos empezó a hablar conmigo, me dijo su nombre, de donde era... fue un encanto y me transmitió esas buenas vibraciones que últimamente muy poca gente me transmite. Yo me sentía muy cómoda hablando con él y la verdad es que hasta que llegó mi bus no paré de hacerlo. Al rato de estar allí dos señoras llegaron, eran mayores y nosotros nos levantamos para que pudiesen sentarse. ¿Qué hicieron? Quedarse a una distancia prudente, como si las fuésemos a matar. Ese detalle me pareció insignificante pero lo que en realidad me dolió fueron sus miradas, la forma que tenían de mirarme a mí, como si fuese rara, como si estuviese haciendo algo raro por hablar con él. Nunca volví a ver a ese chico, ni siquiera recuerdo su nombre, pero no soy capaz de olvidar la situación. ¿Cómo podemos vivir en un mundo así? 

La verdad es que si a veces no me pongo a gritarle a la gente en plena calle que son unos gilipollas es simplemente porque mis padres me han dado educación, eso de lo que otra mucha gente carece. En muchas ocasiones hasta me he sentido juzgada por lo que estudio, o por las cosas que me gusta hacer. ¿Acaso tengo que pedir perdón por ser quién soy? No, amigos, no estudio una ingeniería, o derecho, o economía, no me comporto como el resto de chicas de mi edad, no me gusta hablar con la gente, ni sonreirle al mundo, ni ser la chica que se supone que debería ser para otras personas. Soy una soñadora, una borde, una cría, una tía que está más perdida que otra cosa, pero soy yo y eso no me lo puede quitar nadie. 
Me siento orgullosa de mí y de quien me rodea. Me siento orgullosa de tener una madre que se dedica al servicio doméstico, que con 63 años se levanta a las 6:30 de la mañana, vuelve a su casa a la 13:00 y a las 16:00 se vuelve a ir a trabajar. Me siento orgullosa de mi padre, ese hombre que lleva desde los 14 años trabajando en el puerto de La Coruña, que con un enfisema pulmonar se levanta a las 4:00 de la mañana, compra pescado, carga cajas, transporta pedidos de un lado para otro, y aún así... sí, aún así, su sueldo no llega ni a los 700€, ese hombre que ha superado una depresión cuando yo no era más que una adolescente por culpa de su trabajo.
Sí, me siento orgullosa de la educación que me han dado, de los valores que me han enseñado. 
No, no soy el culmen de la sabiduría y de la bondad, repito: no soy un ejemplo a seguir. Pero sé lo que es vivir, cada día lo descubro un poco más. 

Decidme todas esas personas que juzgáis a los demás... ¿Os habéis parado a mirar a vuestro alrededor? ¿Habéis agachado la mirada tan solo un segundo para observar a esas personas que están tiradas en la calle? ¿Habéis sentido alguna vez en vuestra vida lo que es esforzarse por conseguir algo con todas tus fuerzas? Lo dudo, dudo que vuestra "dignidad", vuestro "status social" os lo permita. Lo dudo mucho. 

¿Y esto a que viene? Pues sí, a que este mundo es una mierda. 

4 comentarios:

  1. El mundo es injusto, y mucho; partiendo simplemente del punto que se podría salvar un continente entero con un pequeño porcentaje de los ingresos de países del primer mundo, o que para que una vacuna sea rentable para poderla estudiar y posteriormente vender se tiene que enfermar una persona blanca, porque 10.000 personas afectadas negras no valen nada, te das cuenta que el mundo es injusto, injusto y egoísta.

    Y esto va tanto en gran escala como en pequeña. Recuerdo de pequeña, cuando iba a quinto de primaria (iba a una escuela pública) vino un chico nuevo a clase, era del Nepal, todos nos hicimos amigo del él rápidamente, era como un juego supongo, no sabía hablar ni catalán ni castellano, ni inglés, y no sabía ni escribir, en ningún idioma. Pero jugar con él era divertido, te das cuenta como los niños siendo tan diferentes pueden conectar rápidamente con el pilla-pilla o una pelota de fútbol.
    A lo que viene esto es que todo iba bien con hasta que vinieron las colonias, sabíamos que él era pobre, no hacía falta que nos lo dijesen; para que él pudiese ir, una profesora decidió pagarle ella las colonia, de su bolsillo. Recuerdo ir a mi casa contenta y decirle a mis padres que el podría venir con nosotros, que la profe li pagaba todo :) al llegar a clase el siguiente día, algunas personas se estaban quejando de eso, y yo recuerdo que pensé ¿y que ven de mal en eso? y su respuesta fue "sino se lo puede pagar que no vaya, a mi mis padres me lo pagan sino puede pagarlo que no venga o que me lo pague a mi también" te lo juro, aluciné, ¿como se puede ser tan egoísta? ¿que más les daba como la profesora se gastaba SU dinero? ¿por que no estaban felices de que todos podríamos ir? En lugar de eso se quejaban que no se lo pagaba a ellos, supongo que no pensaron que ellos se lo podían permitir, y que lo que la profesora le daba no eran 3 días de diversión, eran 3 días de 3 comidas al día y fuera de su miseria.
    Años después lo vi a él con su padre y sus hermanas por la calle, ellas eran pequeñas, de unos 6-9 años. Su padre arrastraba un carro de la compra lleno de hierros que había recogido de las basuras. Eso me marcó mucho, muchísimo, y pensé en esas colonias y la suerte que tuvo en poder ir, puede que eso me haga hipócrita, fueron solo 3 días, pero entendí mucho mejor porque mi profesora decidió pagárselas.

    Puede que eso me hiciese un poco quién soy, soy de las que da comida y dinero a la gente de la calle, no siempre, lo admito, pero las suficientes veces para que cuando paso y no de nada me saluden. Aunque duele cuando vas con alguien y su reacción sea ¿y por que se lo das si no sabes con que se lo gastará? No voy a entrar en ese tema porque eso si que me pone jgjfhdsiekfv, vamos, sin palabras.

    Yo soy de las que va a voluntariados, va la recogida de alimentos (que por cierto se hace otra de aquí poco ;) ) y de las que hace clases a mujeres maltratadas 4 horas a la semana, y si, cuando lo dije la primera pregunta fue "¿y no cobras nada?" ¡Señores y señoras, sí, no cobraba NADA, nada CON dinero! Iba a decir que se puede cobrar de otra manera, pero me ha dado cuenta que puede sonar un poco mal depende como se lea, pero supongo que se entiende el punto al que quiero ir, ¿no?
    Y sí cobro "el mínimo establecido en la ley vigente del momento", osea, una mierda con patatas, y aun así dono dinero...

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    1. (Continua)

      Me considero buena persona, sí, ¿por que no se puede decir? soy un poco borde cuando quiero, según mis padres muy borde cuando quiero... y he hecho y hago cosas mal, nadie es perfecto... pero prefiero pensar que hay más gente como yo o como tu, que no tenemos prejuicios y vemos solo a personas y no a formas, tamaños y colores, que gente que sí que los ve.

      En fin, que rollazo que te acabo de poner, que incluso la web me ha hecho partirlo por la mitad... Pondría más ejemplos de cosas injustas que he visto delante de mi, como el otro día que hablé con una americana y me preguntó que si veía a España podría ir de la mano de su novia o no (jfjksjssds), pero dejemos el tema porque no acabaría nunca.
      Y sí repito, puede que esto me haga hipócrita pero prefiero pensar, que hay más gente buena que mala en el mundo.

      Un beso!

      L

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    2. Ni muchísimo menos ha sido un rollo lo que me has escrito, de hecho gracias, gracias por contármelo y recordarme que aún hay personas buenas que no miran únicamente para si mismas.

      Muchas veces me pregunto qué sería de mí si estuviese en la situación de otras tantas personas que se encuentran en la calle, que de la noche a la mañana se han quedado sin absolutamente nada, sin ni siquiera un apoyo para poder salir a flote, para poder volver a tener una oportunidad. Yo me moriría, me sentiría perdida, sin saber que hacer y aunque es imposible que yo pueda saber lo que esas personas sienten, trato de imaginarlo, ¡a cualquiera le puede pasar! Eso es lo que la gente no entiende, todo el mundo mira hacia otro lado y no se preocupa de las cosas hasta que le tocan de cerca. En un momento de mi vida hasta me resigné con esto, pensé que los seres humanos somos así y no hay más vuelta de hoja, que nuestra sociedad es y será así, pero no, me niego, probablemente mi ayuda no sirva de mucho, no pueda aportar demasiado para que haya un cambio pero sé que por algo se empieza, sé que todos, si nos esforzásemos, si dedicásemos al menos un segundo a pararnos a pensar en las cosas, a ser conscientes de la realidad que tenemos, lo que nos rodea, las cosas serían diferentes.

      Vivimos en un puñetero mundo en el que un niño, desde bien pequeño, se cree el centro del universo, en el que separamos e intentamos diferenciar a los niños de las niñas, en el que les compramos de todo, consentimos sus caprichos, no les enseñamos a esforzarse para conseguir las cosas, les damos un ejemplo pésimo criticando a otras personas, insultando, juzgando.. . Fomentamos una sociedad pésima, una sociedad que si en un momento dado escucha una voz diferente, un mensaje diferente, reniega de él y trata de destruirlo de todas las maneras posibles.
      Únicamente existe el dinero, el dinero, y el dinero... Si tienes de eso ya puedes ser todo.

      Somos un lugar en el que creamos un revuelo tremendo por un perro (sin menospreciar esto, me pareció horrible lo que hicieron con el pobre animal), pero es que nos manifestamos y ponemos el grito en el cielo, y a la vez nos callamos y no hacemos nada por casi 5000 muertes en África. Claro, son en África, ¿no? Cómo sería la historia si eso hubiese sucedido en Europa, en Estados Unidos...
      Derrochamos las cosas, frivolizamos con otras tantas y aún por encima los de arriba, esos que cuentan con el poder roban más y más importándoles una mierda lo que le suceda al resto del mundo.

      ¿Qué narices estamos haciendo? Porque yo cada día entiendo menos este mundo.

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    3. Pues sí, tienes toda la razón, como yo digo, en piel negra la mancha no se ve, solo se ve en la blanca...

      Pero yo soy positiva, o al menos quiero serlo, soy de las que aún tiene esperanza en la sociedad, porque sino hay esperanza, el mundo si que se iría a la mierda.

      En fin, miranos a nosotras en los tempranos 20, mañana de un viernes y debatiendo sobre esto, ¿lo ves? Si nosotras tenemos opinión, voz, voto y sabemos razonar. Somos el futuro, la sociedad cambiará, y realmente, aunque España tiene cosas malas (bastantes), en comparación a otros países tiene cosas buenas.

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